Una visión jocosa del día a día de la universidad

06 diciembre 2006

El mismo fin, distintos ánimos

Blogs de Venezuela: Elecciones 3DLa fiesta electoral del 15 de agosto quedó atrás. Este pasado 3 de diciembre no se evidenciaron esas caras entusiastas de aquella fecha, en la que se tenía por seguro que el mandatario venezolano Hugo Chávez dejaría la silla presidencial.
Eran los mismos rostros en las largas colas de los centros de votación, los mismos ideales de libertad y progreso, pero nunca los mismos ánimos. Este fue el escenario que se presenció en la Unidad Educativa Manuel Antonio Carreño de El Paraíso, centro de votación dominado completamente por el candidato de la Unidad Nacional, Manuel Rosales, con 2.168 votos a su favor (73,74%); mientras su más cercano contendor, Hugo Chávez, con 725 escrutinios (24,99%), según cifras del Consejo Nacional Electoral.
Ya las encuestas a boca de urna evidenciaban este resultado. Los votantes opositores respondían a la pregunta del encuestador con un “Voté azul, azulito”, mientras que los partidarios del primer mandatario nacional decían en voz casi inteligible “Hugo Chávez”.
A diferencia de aquel domingo de agosto de 2004, este 3 de diciembre el proceso avanzó con rapidez. A las dos de la tarde ya no quedaban votantes en las colas, situación que hizo pensar que la abstención sería muy alta. Sin embargo, las cifras mostraron otros resultados.

Cerca de 24% alcanzó el porcentaje de abstencionistas, dato parecido al
registrado a nivel nacional

El resto de la jornada se desarrolló en completa calma. No hubo grandes incidentes que reportar, más allá del intento de robo de una cédula de identidad a una mujer, que no llegó a mayores. Ya avanzada la noche, cuando se realizaban las auditorías de las cajas seleccionadas por sorteo, aún se encontraban en el centro electoral votantes de ambas tendencias para presenciar todo el proceso. Los partidarios del zuliano salieron con rostros victoriosos. Sin embargo, la noche le preparó una jugada para la cual no estaban preparados: Chávez ganaría las elecciones con un margen de diferencia de cerca de 3 millones de votos sobre su contrincante Rosales. La felicidad sólo duró unos segundos y los ánimos volvieron al mismo suelo de tempranas horas.